lunes, 9 de noviembre de 2009

ROCES

Lucas era una persona de apariencia tranquila. Con semblante amable y mirada reveladora. Había tenido una crianza fundamentada en el buen urbanismo, en la sincera corrección del trato humano.
Ciertas personas y en ciertas ocasiones consideraban que era una persona poco accesible. El se sentía básico pero los demás estimaban que era complejo, pensaban que estaba perturbado. A el no le importaba. No pasa nada- pensaba-
A Lucas le gustaba sonreír aunque determinadas conductas humanas le turbaban. Ahí, Lucas, prensaba los molares hasta que se sentía crujir la mandíbula. Luego desgastaba las muelas con un compulsivo movimiento lateral. Eso era una señal inequívoca de incomodidad con el entorno, con las personas. Uno de esos procederes humanos que desconcertaba a Lucas era el contacto físico con desconocidos. Era muy sensitivo, había alimentado con constancia y esmero un progreso sensorial adquirido después de una vívida experiencia incorpórea. Había erradicado numerosas turbiedades, pues ya habían concluido la encomienda de robustecerle el espíritu. El roce con extraños, no obstante su redimensión personal, desquiciaba a Lucas. Le afloraba la irracionalidad mas alimañesca.

Lucas miraba como una señora compraba sellos en el estanco. Él estaba esperando su turno para conseguir unos cigarrillos. Había mas gente en la tienda, todos se desplazaban y removían. Se restregaban los unos con los otros sin la mas minima prevención. Lucas esquivaba codos, caderas, culos, piernas y manos. Ya era su turno. Había llegado intacto al mostrador. Cuando estaba sacando el dinero de su billetera y ya con la cajetilla de tabaco en el bolsillo, una mano le apretó el antebrazo izquierdo.
- perdona, esa revista es ruta 66?- dijo el individuo sin soltarle el antebrazo a Lucas
- por qué me has tocado?- refutó Lucas entre dientes y bloqueando la mandíbula
- lo siento, macho.
- ni me toques ni me llames macho, imbécil. – Lucas acechaba con la mirada al melenudo y feo sujeto.
- oye tranquilo, solo quería saber que revista llevabas en la mano. Hace tiempo que estoy buscando la ruta 66 y me parecía esa.
- eres un soplapollas, no me toques nunca mas, no me hables en tu vida.
- vamos hombre, tranquilízate.-el sujeto le dio una palmadita en el hombro.
Lucas le empezó a atizar con la revista ruta 66 en la cara. No quería tocarle, le hastiaban su estupidez y su forma. Le repugnaban su incomprensión y su pelo. Lucas le dio una autoritaria paliza con la garrota de papel couché. Cuando hubo terminado soltó el bate musical y lo dejó caer a los pies del pringoso individuo. El tipo apalizado por fin encontró su jodida ruta 66.

2 comentarios:

  1. Brindemos entonces por Lucas y por su misantropía.

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  2. me he estaban dando una palizaaaa me estaban dando una palizaaa ayyyy ayyyy ayyyyyyyyy

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