lunes, 28 de diciembre de 2009

BUSCO

Lo que busco pudiera parecer insípido como un moco, pero creo que será el picaporte hacia la profunda habitación del gozo mas sensorial.
No estoy hablando de buscar un futuro, ni siquiera estoy hablando de enfoscarme en la búsqueda de un motivo de vida. No hablo de la buena nueva esperada durante largo tiempo. Mi captura se corresponde mas con un momento especifico que determine el sentido de un acto. Un gesto que nutra mis acostumbrados y resaltables procedimientos. Una impensada conversación que revalorice mis ideas. La cacería quiere hacerme sentir los secretos mas vírgenes del hombre. Quiero habitar dentro de mi y envuelto en una gran lágrima salada, resurgir satisfecho.

sábado, 12 de diciembre de 2009

BUENOS DÍAS


Pasividad ante lo desconocido, inoperancia ante los estímulos.
Comportamientos negados y torpes. Visión obnubilada y raquítica.
Intransigencia y sectarismo. Violencia y opresión. Motivaciones inexistentes.
Valores teóricos que vuelvo inefectivos. Romanticismo. Aldeanos y plebeyos.
La élite y su complicidad. Propuestas volátiles. Suposiciones ingenuas.
Credulidad chamuscada. Amor.
Mi historia.

viernes, 4 de diciembre de 2009

APRENDIZAJE

La luz no podía dejar de relucir durante todo el día. Yo no podía dejar de ver todo recubierto de brillo astral, artificial o lunar . En casa había imposición de acceso a todo aquello que me surtiese luz. Cuando oscurecía levemente yo, avivaba el lugar con luz ilusoria, oprimiendo los interruptores de las lámparas. La luz natural y la artificial de ese modo unían sus intensidades y yo eludía mi incierto pavor por lo lóbrego. La oscuridad significaba pánico, pero no solo eso, la ausencia de ruidos, conversaciones o vida significaba pánico. La televisión, radio, ordenador, me resguardaban del sobrecogimiento que me producía la omisión de existencia viva. En realidad no quería ver a nadie, pero si saber que allí estaban presentes, no quería hablar con nadie, pero si escuchar ruidos o simples y ridículos parloteos. En mi cabeza yo estaba analizando toda mi vida, estaba observando todos mis recuerdos, evocando momentos y comprendiéndolos por primera vez. Había desamparado la apreciación profunda y examinadora de mis actos pasados y, ahí dentro, en mi cabeza y ayudado por una indemne memoria me estaba conociendo poco a poco. Estaba sumido en una fase de aprendizaje.
Me reconfortaba saber que el mundo seguía igual, yo había cambiado y era difícil de asimilarlo, pero me estaba enfrentando a ello… afrontar un cambio de todo el resto, de mi entorno, al mismo tiempo hubiera acabado conmigo. Soy muy débil.
Contaba con la luz, con la palabras y con los ecos de un ayer conocido. Mi mente estudiaba, ahora, como poseer ese ayer de manera completa. Mi intelecto solo distinguía fragmentos de un olvidado conocimiento.
Empecé un retiro. Me aleje de aquello que yo consideré que podía entrometerse de manera peligrosa en mi aprendizaje y en mi ansiada tranquilidad. En un principio gran parte de lo que me rodeaba había sido considerado como contraindicado para mi. Debía ocuparme de demasiadas circunstancias. Pensé entonces en centrarme en mi cerebro, quizá era por donde debía empezar. Sólo dependía de mi y la atención sería constante. Le brindé una vigilancia firme. Desde entonces todo ha sido mas fácil.


La noche, todavía, me causa estragos. El pánico se mantiene débilmente aturdido, situado entre la boca del estomago y la garganta, ahí lo colocó mi cerebro. Hay momentos en los que recuerda su autoridad, entonces se anima y se difunde centrifugamente a una velocidad perversa. Intenta salir, pero no lo logra. Choca contra mis tejidos mas superficiales, que son una coraza solo en dirección dentro-fuera, y me despierta.
El aprendizaje me ha hecho comprender el viciado comportamiento de mi percepción. Me siento cada vez más cómodo conmigo mismo. Me conozco siempre mas.

sábado, 21 de noviembre de 2009

ADIÓS JAIME, HOLA CHÍMENI


Me desperté. Sufrí un sobresalto después de haberme acostado y me desperté. Me desperté de lo que parecía ser un mal sueño. Vi arañas movedizas, insidiosas y traicioneras frente a mis ojos. Me desvelé, había entrado en pánico. Tenía el cuerpo titilante y los sentidos alarmados. Era un neonato abrumado por lo desconocido. Una capa de sudor tibio cubría mi piel. Me incorporé robóticamente y perdí el equilibrio. Caí encima del serbio. Él dormía como un pajarito en la cama de al lado. Mi amigo creyó que era una broma, pensó que estaba asustándole solo por diversión. Le bastó con mirar mis espaciosas pupilas y mi tez pajiza para descubrir que estaba fuera de mi. Yo no me había visto la cara, pero vi la suya y mostraba más que inquietud y preocupación. Las arañas me estaban volviendo loco, seguían en mi cabeza y me provocaban taquicardia. No podía cerrar los ojos, nada me daba mas miedo en ese momento.. Lloré, no podía disimular mi terror. El serbio y yo no nos parecíamos, pero nos queríamos y respetábamos con nuestras vicisitudes. Yo encontraba en él mi parte chulesca y él en mi su parte novelesca. El serbio me sacó de la habitación y me llevó a la cocina en busca de agua y comida. Desde que abandonamos el dormitorio no solté su mano. Él era lo único que me parecía real. Me senté en el sofá del salón y encendí la televisión con el propósito de distraer a mi mente, pero sólo conseguí agravar mi trance. Mi percepción estaba desfigurada. Apagué el televisor. Todo era nuevo para mi. No era un mal sueño, habían pasado casi treinta minutos y mi situación empeoraba. Estaba sentado en el sofá y tenía miedo de todo. No quería separar los ojos de un punto fijo, tampoco quería cerrarlos, el mas minúsculo movimiento me acercaba a la demencia mas incontrolable. Rezaba por quedarme dormido, suplicaba por no permanecer ni un segundo más subyugado por lo humanamente irreconocible. Lanzaba sigilosas miradas hacia donde se encontraba el serbio. Su mirada desde la nevera se mantenía impertérrita sobre mi. Antes me había ofrecido unas galletas. Intenté comerme una, pero no sabía utilizar mis dientes, estaba masticando con los incisivos y mi boca no producía saliva para facilitarme la tarea. Escupí la masilla trigosa manteniendo un semblante hierático. Agarré el vaso de agua que el serbio había colocado sobre la inmensa mesa de cristal. El agua que bebí arrugó más mi boca y se evaporó escurriendo mi saliva. Decidí levantarme y caminar. El serbio y yo no habíamos hablado desde que empezó todo. Salí al jardín sin mentar mi desesperación. El serbio me siguió con la mirada a una distancia prudencial. Estaba todo demasiado oscuro y la imagen de las arañas deambulaba por mi cabeza. Entre de nuevo a la casa y volví a encender la televisión. Realmente tenía mucho sueño pero después de casi una hora de dificultades ya padecía aracnofobia. Era un ente despersonalizado. Mi mente solo alcanzaba a pensar en el aprendizaje al que me tendría que someter para poder vivir en este mundo. Después de mas de dos décadas de existencia debía empezar de cero con la lacra del miedo a vivir. El serbio se sentó a mi lado y me tocó la pierna, súbitamente le abracé y le pedí que me llevase a la cama. Bajamos las escaleras pegados y cuando llegamos a la cama le pedí que se acostase a mi lado. Todo “yo” quería dormir pero mis ojos se resistian a cerrar la cortina. El sueño apartó al miedo y me quedé dormido. Al despertar me duché y el agua resbaló, penetró y limpio mi cuerpo como nunca antes. Me asusté, pero la ducha nunca la olvidaré. Cerré los ojos sin miedo y el agua fue mas real e impregnante que nunca. Al salir de la ducha me miré al espejo y me saludé: HOLA CHÍMENI, DISFRUTA DE TU PROCESO, SEGURO QUE NO ES UNA MALA VIDA, ME GUSTA TU CARA.

lunes, 9 de noviembre de 2009

ROCES

Lucas era una persona de apariencia tranquila. Con semblante amable y mirada reveladora. Había tenido una crianza fundamentada en el buen urbanismo, en la sincera corrección del trato humano.
Ciertas personas y en ciertas ocasiones consideraban que era una persona poco accesible. El se sentía básico pero los demás estimaban que era complejo, pensaban que estaba perturbado. A el no le importaba. No pasa nada- pensaba-
A Lucas le gustaba sonreír aunque determinadas conductas humanas le turbaban. Ahí, Lucas, prensaba los molares hasta que se sentía crujir la mandíbula. Luego desgastaba las muelas con un compulsivo movimiento lateral. Eso era una señal inequívoca de incomodidad con el entorno, con las personas. Uno de esos procederes humanos que desconcertaba a Lucas era el contacto físico con desconocidos. Era muy sensitivo, había alimentado con constancia y esmero un progreso sensorial adquirido después de una vívida experiencia incorpórea. Había erradicado numerosas turbiedades, pues ya habían concluido la encomienda de robustecerle el espíritu. El roce con extraños, no obstante su redimensión personal, desquiciaba a Lucas. Le afloraba la irracionalidad mas alimañesca.

Lucas miraba como una señora compraba sellos en el estanco. Él estaba esperando su turno para conseguir unos cigarrillos. Había mas gente en la tienda, todos se desplazaban y removían. Se restregaban los unos con los otros sin la mas minima prevención. Lucas esquivaba codos, caderas, culos, piernas y manos. Ya era su turno. Había llegado intacto al mostrador. Cuando estaba sacando el dinero de su billetera y ya con la cajetilla de tabaco en el bolsillo, una mano le apretó el antebrazo izquierdo.
- perdona, esa revista es ruta 66?- dijo el individuo sin soltarle el antebrazo a Lucas
- por qué me has tocado?- refutó Lucas entre dientes y bloqueando la mandíbula
- lo siento, macho.
- ni me toques ni me llames macho, imbécil. – Lucas acechaba con la mirada al melenudo y feo sujeto.
- oye tranquilo, solo quería saber que revista llevabas en la mano. Hace tiempo que estoy buscando la ruta 66 y me parecía esa.
- eres un soplapollas, no me toques nunca mas, no me hables en tu vida.
- vamos hombre, tranquilízate.-el sujeto le dio una palmadita en el hombro.
Lucas le empezó a atizar con la revista ruta 66 en la cara. No quería tocarle, le hastiaban su estupidez y su forma. Le repugnaban su incomprensión y su pelo. Lucas le dio una autoritaria paliza con la garrota de papel couché. Cuando hubo terminado soltó el bate musical y lo dejó caer a los pies del pringoso individuo. El tipo apalizado por fin encontró su jodida ruta 66.

miércoles, 28 de octubre de 2009

GASES

Ricardo se dirigía a una entrevista de trabajo. Últimamente estaba muy jodido de dinero y su mujer estaba igual. Pasaban por una temporada peliaguda. Necesitaba ese trabajo. Necesitaban esta oportunidad. Pero Ricardo se ponía nervioso con facilidad. Ricardo no sudaba cuando estaba nervioso, a Ricardo no se le entrecortaban las palabras ni tampoco temblaba. Ricardo cuando estaba nervioso se llenaba de gases, su cuerpo entero se abarrotaba de gases. El trabajo que intentaba conseguir era el de profesor suplente de Música. Ricardo había estudiado solfeo desde pequeño y en la universidad cursó magisterio de educación infantil. Ricardo componía canciones con ritmos africanos y tenia maquetas que nunca vieron la luz. Siempre quiso ser músico, pero la música africana compuesta por un español no vendía. Tambien le gustaban la guitarra clásica y el folclore. Ricardo aparcó su destartalado opel azul y salió mucho más rechoncho de lo que es. El gas estaba dentro de su cuerpo y lo inflaba como a un dirigible. Ricardo tuvo que sacarse la corbata y desbotonarse el boton del cuello de la camisa blanca. Entró por el patio del colegio. Los niños estaban en su hora de recreo y casi todos se encontraban en el desgastado campito de futbol. Cuando entró a la oficina le entraron deseos de tirarse un pedo, pero ya era demasiado tarde. Ricardo se sentó delante del director del colegio público que estaba en la calle Santa Catalina. Estaba sufriendo el ataque de gases mas violento de su vida. Gutierrez, el director, le preguntó si estaba bien. Ricardo le dijo que sí, y que por favor siguiesen con la entrevista. Pero Gutierrez estaba observando como el cuerpo de Ricardo crecía. El aire que respiraba Ricardo no iba a sus pulmones, un poco se dispersaba por debajo de la piel y la mayoría hinchaba su estómago. Hacía un gran esfuerzo por respirar y un esfuerzo mayor por no tirarse un pedo. La abotonadura del pantalón de Ricardo reventó. El director no podía creer lo que veía. La cara de Ricardo estaba, como todo su cuerpo, falta de oxigeno y había tomado un color violáceo. Gutierrez se levantó de su asiento y le ofreció un vaso de agua a Ricardo. Ricardo agarró el vaso e intento beber. No pudo, se derramó el agua sobre la ensanchada camisa blanca. El director no supo que hacer, se quedó inmovil, fue incapaz de articular palabra, fue incapaz de buscar ayuda, fue incapaz de acercarse a Ricardo. Ricardo estaba absolutamente falto de oxígeno, al borde de la muerte, pero no quería pasar la vergüenza de tirarse un pedo allí. Estaba muriendose, no mandaba oxigeno a sus pulmones, el oxigeno se convertía en un fardo de gas que su estomago cargaba. Ese gas debía salir. Finalmente Ricardo se tiró un estruendoso pedo de elefante. La silla se desbarató. El pedo le catapultó hacia el escritorio del director y fue a dar con la cabeza en el globo terraquéo que alli reposaba. Empezó a respirar de nuevo, pero se había abierto la cabeza contra el continente africano. Ricardo murió por el embarazo de tirarse un pedo frente a un desconocido. A Ricardo lo mataron Africa y su música.

martes, 20 de octubre de 2009

¿YO?

Serían las 7 de la tarde cuando me desperté, el cielo estaba oscuro y completamente cubierto. Pleno Diciembre. Al incorporarme me di cuenta de que no tenía mucha resaca aunque mis piernas advirtieron mucha fatiga, el cuerpo lo sentía adolorido. Puse música a buen volumen. Me preparé unos cereales con leche fría. Encendí la ducha y la pequeña estufa eléctrica, cerré la puerta del baño y esperé a que se llenara de vapor mientras me terminaba el desayuno. Me di una ducha gloriosa e interminable. Me sequé frente a la estufa con la toalla que mas se pareciese a una manta. Me vestí muy abrigado y llame a Lorenzo. Dijo que venia a buscarme. Me estaba fumando un cigarro cuando el portero me aviso de que Lorenzo había llegado. Cogí tabaco, billetera y llaves de casa y salí de casa.
A Lorenzo solo se le veían los ojos, llevaba un pasamontañas de lana azul y varias capas de ropa bajo el abrigo.
Yo llevaba gorro rojo y bufanda negra. Mi abrigo acababa debajo de las rodillas. Le di un abrazo palmeándole la espalda .

- ¿el invierno pasado hacía tanto frío?- le dije
- a mi me parece que cada año es más jodido.
- son 3 putos meses con el cuerpo precintado con hielo.
- no se como puedes entrenar con este frío.
- que hiciste ayer?
- estuve con María en su casa, unos cubatas después de cenar y me acosté temprano. Tu?
- salí a beber unas cervezas después de entrenar. Luego unos cubatas con un sinfín de personas, no conocía ni a la mitad. Al final de la noche conocía menos que al principio.
- cogemos el coche? a donde vamos?
- no no, entremos a un bar
- pues vamos, es imposible estar en la calle y menos quietos
- a cual quieres ir?
- al primero que encontremos.


El primer bar estaba como a una manzana y media de casa. Tenía una puerta de metal negra y la luz de su entrada era tenue.
En la barra había dos tías insultantemente feas y con cara de guarras que reían como imbéciles. El billar estaba ocupado por dos postadolescentes altos y desgarbados, en sus caras se podían ver expresiones poco inteligentes. También reían como imbéciles. Al fondo del bar había una pantalla de televisión en la que se retransmitía un partido de futbol, los jugadores corrían como ratas desahuciadas. No estaban muy acertados con el balón. Creo que ellos no tenían mucho frío. No habia mas gente en el bar. Solo un joven chaval que parecía ser camarero.
El que parecía ser camarero estaba sentado y miraba hipnotizado el partido de fútbol. Se notaba que estaba tranquilo. Me acerqué a el.

- dos Ballantine’s con coca-cola.
- a ti no te sirvo nada.
- como que no me sirves nada, que te pasa?
- me estas vacilando?
- no se de que estás hablando. Te estoy pidiendo dos whiskys con coca-cola, te parece eso una tomadura de pelo?
- ayer te eche de aquí y te dije que no volvieses.
- ¿cómo? yo ayer no estuve aquí. Ayer estaba pasándomelo bien, y este no me parece un sitio muy festivo.
- vete de aquí por favor. Lo de ayer fue suficiente. No tengo ganas de problemas, y mucho menos de que me tomen el pelo.
- vamos hombre, ponme los dos cubatas y déjate de culebrones.
El joven que parecía ser camarero se levantó y se paró delante de mi. Era un poco mas alto que yo, pero mas delgado. Seguía tranquilo. Yo también. El que parecía ser camarero,además parecía ser el dueño del bar. Yo sentí curiosidad entonces.
- y si es cierto que estuve ayer aquí, ¿por qué me echaste?
- de verdad, dejalo ya. Sólo ponte el abrigo y sal de aquí.
- vamos hombre, a lo mejor es que no te gusta mi cara y me estas echando por eso.
- joder! Ayer hiciste volar decenas de vasos de cristal con el bar lleno de gente. Insultaste a todos los camareros, destrozaste la maquina expendedora de cigarrillos. Y al salir te pegaste con el portero de la entrada.
- no te creo, ¿este bar lleno de gente?

martes, 13 de octubre de 2009

CONTROL



Estoy paralizado. Mi mente piensa demasiado, tanto que no siento por debajo del mentón. No sueño, mientras duermo mi cabeza imagina la legítima realidad . Siento de manera mas vívida cuando aparentemente estoy dormido que durante los circunstaciales momentos de clarividencia . Sufro cuando reposo. Me siento abandonado y desprotegido. Lo estoy sintiendo. Tengo nauseas y todo emerge de una cabeza que asume el peso de lo que no le concierne.
¿Estoy adormecido?. Quiero amar y consternarme siendo responsable de ello. Quiero dominarme.

lunes, 5 de octubre de 2009

W W Zombi


Me siento un poco desvinculado de la gente, siento que debería ser como los demás.
Siento que debería afeitarme y ser como los demás. Formar parte de un grupo. Saber si la camisa del chico de ojos verdeamarillentos es nueva.
¿Dónde coño vive esta gente? ¿Rezan? ¿Se zurcen sus propios calcetines?
¿Intereses?Factor X y punk latino. All stars y Latin American Idol. ASCO.
Joder. Creo que así estoy bien, no creo que adolezca precisamente de eso. Sinceramente estoy mas pleno que nunca.
Creo que me voy a dejar la barba mas larga y que me voy a beber una cerveza con Max Brooks.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Two Gallants


Ya los considero como una suerte de amigos. Llevamos cuatro intensos años juntos pero seguimos conociendonos más a cada escucha.
Esto es lo minimo que podia hacer por ellos, obviamente es mucho menos de lo que ellos han hecho por mi.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Despersonalización, desatención

Observo mis manos y no las reconozco. Me sorprendo si tengo las uñas largas, me sorprendo si las tengo cortas.Las miro y tiemblan, se mueven y temo que puedan atacarme. Yo no decido cuando dejar el jabón y cerrar el grifo, ellas saben cuando están limpias y listas para secarse.Se entrelazan sus dedos y nuevamente estoy impedido para encenderme un cigarro.
Me vuelvo a asustar y doy ordenes especifícas a mis dos manos de meterse en agua hirviendo...no lo hacen, sin embargo me encienden un cigarro. Lo agradezco. Me relajo.
Me acarician el pelo, sus dedos juegan con mi barba. Recobro el poder, aprovecho su bondad y afecto momentaneos, lo disfruto y escribo esto con la punta de la nariz.