domingo, 24 de abril de 2011

MOLESKINE IX


- El hombre puede con todo menos consigo mismo.

- Acabaré en un convento, mi casa será un convento, tendré que acercarme lo más posible a Dios para que me guíe, para que me ayude a entender cómo podré socorrer a su gran creación; al mundo no, no, sólo a la achacosa especie humana.

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La suerte no hay que buscarla, la suerte está ahí, y es cierto que llega. Inesperadamente nos aborda y nos libera de los miedos. La suerte nos hace ganadores y deja atrás la incomprensión de las verdades. Mi suerte sustituye la aridez española por la riqueza colombiana. Mi suerte nadie la comprenderá porque es sólo mia y no quiere abandonarme, porque para comprenderla hay que sentirla y nadie puede sentirte como yo, porque tú eres mi Suerte, mi Fortuna. Eres la que convierte mi mundo en el más grande acierto de la naturaleza. Eres mi claridad, y eso es la mayor suerte que alguien puede atesorar.

- Lo que llamamos locura no se cría en el cerebro, la mente le concierne al alma y al corazón. La verdadera locura es la dolencia que provoca la humanidad raptando la salud del espíritu y dándole su dominio al discípulo más atrevido: el cerebro.

- No soy inteligente, sé muchas cosas simples.

- Para sentir tu atractivo, para sentirte de acuerdo con tu apariencia, no tienes que pedirle su ayuda al espejo en el que te ves, sólo has de mirarte en unos ojos que te observan enamorados.

- Esto no es madurez, ¡qué va!, es una infancia sabia.

sábado, 23 de abril de 2011

EL ORGULLO DEL AMOR Y SU MENSAJERO.

Nunca me han dicho nada de lo que me sienta orgulloso, no digo que no exista la persona que haya adjetivado mi personalidad de una manera más que aceptable, o el santo que haya tolerado mi atrevimiento como si fuese cautivador o valioso. No es eso. Creo que se puede pensar que algunos momentos o algunos hechos deberían embriagarme de vanidad, y es sabido que eventualmente me puedo mostrar con presunción, como ahora, pero todo esto trasciende la verdad del sentimiento del que quiero hablar. Para empezar, lo que aconteció en esos hechos, que se presumen enriquecedores del ego, tuvo como protagonistas a personas que no me conocían o que me conocían más de lo que yo mismo me conozco, y eso amilana a mi certidumbre. Tanto los primeros como los segundos, establecieron que su juicio era positivo entorno a mí, pero su conceptualización estaba exenta de descripción, porque juzgar es más fácil que comprender y explicar. Y al hombre que yo conozco, no le gusta ahondar en las identidades humanas. Nos encontramos, entonces, con personas que tienen creencias amotinadas en contra de las verdades de los demás. Son esas personas a las que sus creencias no les espolean para conocer la naturaleza del hombre, porque es una verdad difícil de alcanzar: las actuaciones humanas son la verdad que nos hará comprendernos, y por eso , el enjuiciamiento debe dejar de vivir en soledad.

Recuerdo que una vez dije: “Porque el orgullo de tenerte a mi lado sólo se asemeja al orgullo que siente la luna cuando está llena”, y eso lo sentí después del episodio, que recuerdo muy conmovido, en el que el amor me regaló su soberbia y su aprehensión para poder tenerte aquí todavía. Nos estábamos separando y viví , los dos vivimos, el orgullo del amor, porque te toqué la cara y me dijiste que no me podías dejar, ¿por qué no?, dije yo, porque nunca nadie me ha tocado de esa manera; lloraste vencida por el tacto de mi corazón, y sonreíste triunfadora al ser subyugada por la sabiduría del amor. Yo me sentí orgulloso, pero no de mí, me sentí orgulloso cuando obtuve la primogenitura del patrimonio del amor. Y en ese caso fue el orgullo del amor quién enunció mi destino, afortunadamente. Yo seguiré siendo su modoso factótum, felizmente.

lunes, 28 de marzo de 2011

MENESTEROSO

¿Habría la Necesidad que tener una presencia tan resuelta?
La Necesidad de vivir en aveniencia entre uno mismo y los enigmas de su alma, es vital.
La Necesidad como apuro y penuria ha de existir con la disposición de enseñarnos lo que el alma calla. Tener el alma escondida es algo muy conocido, y en la generalidad de los casos sobreviene cuando el cuerpo y la mente obran abstraidos por un desconcierto ventajista. La importancia de ocuparse de la aparición de exigüidades penosas, mora en la virtualidad de poder silenciar los comportamientos que, normalmente en casos de Necesidad, suenan a anarquía y aturdimiento. Y, aunque no puedo aseverarlo, la Necesidad ansía ser un segundo corazón y una segunda alma totalmente sanos e inconquistables que persiguen elevar al hombre al límite de unas dimensiones humanas que sólo Dios conoce. Cuando la Necesidad no ahogó al ser humano en una charca de decepción y azoramiento, él será un legado del cielo de lo más venerable. El cielo entonces le invitará a comprender la enormidad que abarca un sólo hombre denodado y benevolente que extinguió la Necesidad.

Una mejilla bañada por lágrimas que ocasionó la Necesidad, será siempre más limpia y tendrá más suavidad que cualquier mejilla revestida por exceso de atenciones.

lunes, 21 de marzo de 2011

MOLESKINE VIII

- Blasfemar con furor es conveniente para tener un corazón saludable. La blasfemia nos ayudará a despertarlo y él nos impulsará a sorber una sangre espoleada por esa rabia insuperable. Un corazón que escuche la mayor injuria que la palabra puede componer, se sentirá alarmado y el bullicio hará que bombeé una sangre más ubérrima.



- Admiro a los labriegos cuando trabajan la saludable tierra, los adoro cuando se embuchan los acopios lustrosos de su empeño, y los amo cuando se comportan como destripaterrones al beber de sus ejercitados botijos.



- Yo soy más espiritual que borracho, pero la espiritualidad la suelo alcanzar bebiendo.



- El roce no hace el cariño, pero el roce puede ser incorpóreo y entonces el cariño será mágico.


- El anonimato puede hacer más por la persona que cualquier nombre. El anonimato completa los vacíos y refina los vicios. El anonimato obra en pro del ser humano, es el socorro de nuestras almas.


domingo, 27 de febrero de 2011

COMO UNA NOCHE DE ETANOL

Al llevar un prolongado y feliz noviazgo, casi olvidé lo que se sentía esperando una segunda cita, claro está que, precedida por un primer y deslumbrante acercamiento. Con un increíble conocimiento de la oportunidad, un flamante amigo me lo recordó. Y todo fue como ha de ser, como anteriormente me había pasado con las personas que me engatusaron en un prístino contacto. Tenía una cerveza en la mano y escupía con inquietud saliva correosa y dura, compacta como lo estaba mi estómago, y esperaba su llegada como la única redención para mi pecho desasosegado. El amor me había birlado la necesidad de vivir una segunda cita y sólo recuperé este privilegio cuando Álvaro me escribió: “Cuando se sabe que se ha encontrado un amigo, con un cariño que desconozco pero siento muy real”, dedicándome su libro. Así me sentía yo: perplejamente alborozado por su aparición. Y él llegó colocado, y me confesó también que se sintió agitado antes de nuestro renombrado encuentro. Y a partir de ese momento nos emborrachamos juntos, como hermanos, como enamorados. Y yo empecé a hablar de toros, le conté que he llorado en la plaza de la Santa María de Bogotá, por el frenesí, por la pasión de un arte que afortunadamente pervive con pureza. Porque la evolución complica la vida y yo no estoy preparado para esa condena, ni para renunciar a mis sentimientos más inaugurales. Porque la procedencia de mis gozos es sólo una: la de una existencia básica, retrasada y carca, y a esos placeres les adjudico “un cariño que desconozco pero siento muy real”. Cuando José Tomás, después de una tarde irregular de toreo, se colocó delante de ese miura irresoluto, que escondía su bravura, y le habló mirándole a los ojos, yo reviví. Estoy seguro de que le dijo: “Hermano, vas a morir sin gloria, pero si descubres tu valor, puedes incluso matarme tú a mi. Esta gente que está viéndonos desde las gradas, observa un espectáculo al interno de un marco invisible, porque no necesitan una moldura abigarrada con aprensión, pesadez y prejuicios. Hagamos de lo nuestro, algo verdadero sin dejar que nadie pueda imaginar nada. Es la esencia de la naturaleza exhibir nuestra maestría innata. Voy a arriesgar la vida para salir a hombros, espero que tú desveles el motivo por el que estás aquí conmigo”. El toro empezó a embestir con el alma en los riñones y con el corazón en los cuernos. José Tomás valoró más el arte que su propia vida y la faena finalizó con mi llanto y con el torero a hombros. Ahora, esto me recuerda a Álvaro y a mi, que arriesgamos nuestros pensamientos sin la exigencia de mirarnos al espejo para saber si debemos censurarlos. Nuestra naturaleza vive con la bebida y también buscamos la salvación en nuestras cruzadas nocturnas. Y a veces resultamos triunfantes y la vida nos eleva sobre sus hombros:

- Mi hermano querido, seguimos saliendo por la puerta grande en estas noches de etanol.

- ¡Claro que sí, admirada hermandad, siempre desgastando las hombreras de los porteadores!

miércoles, 16 de febrero de 2011

MOLESKINE VII

- El alcohol es más poderoso que nosotros: su alma es más despiadada y perseverante que las nuestras. Además ella hace de lo maleable de nuestros espíritus su disparatado disfrute.

- Un beso enamorado se nota en su esencia: debe tener su fondo verdadero y para ser recordado hay que percibir dos gustos: el primero es el que se queda en la boca flotando abstraído, éste es más superficial y misterioso, el segundo es un sabor más profundo, el que transporta la esencia humana, un gusto arrebatado y con consistencia, el que atraviesa la garganta con otro dejo y baja por el cuerpo en dirección al alma.

domingo, 6 de febrero de 2011

MOLESKINE VI



- Las resacas no deben ser compartidas con extraños, son algo demasiado íntimo y profundo como para que los demás sean partícipes de su contestatario carácter.
- ¿Por qué habría de dejar la bebida? Es cierto que asusta cuando empieza a tragar sin poder expresar su pretexto: prefiere beber sin un motivo, bebe prometiéndole su espíritu a la bebida. El licor le enseña a enfrentar la vida, no embriagándolo: lo hace cuando en su interior hierve el vacío que la parte demoníaca del alcohol le lega.

-La vida no es conocer, crear y producir. En la vida hay que sentir para averiguar qué queremos obtener. Mi trabajo es apreciar una ducha como la causante de mi reflexión y mi obligación es amar a la cama por la oportunidad que me convida de dormir a tu lado.

domingo, 30 de enero de 2011

MOLESKINE V

- Ver el sol y no sentirlo es como amar y que desdeñen tu amor.

- El dramatismo es una derivación del clasismo, aunque el privilegio nada sabe de dramas.

- Lo creado por el espíritu está más vivo que el ser mismo.


- No beberá más. -Ahora no- le dice a ella. Le dice que tiene en la boca un gusto macerado que le está provocando una salivación lanzada, que está suelta, animada, y que no revela término. No quiere interrumpirla con ron. No quiere pensar en truncar ese recreo: tiene un yacimiento de gozo en su boca. Lo que pasa es que su coño es más opíparo que cualquier licor, no solo sazona su lengua y amansa su garganta, sino que desorbita su mandíbula y viste su barba.



miércoles, 29 de diciembre de 2010

TRIÁNGULO EQUILÁTERO


Se llevó un sonador hasta la nariz para terminar de depurar la higiene de su cuerpo antes de dormir. Primero de poder usarlo, percibió un olor. Era un mocador aromático, y lo fragante del pañuelo le resultó conocido, pero no lo reconoció. Era un aroma pasado, casi olvidado. Durante un prolongado rato, arrimado a su cara, mantuvo el oloroso foco de ese registrado olvido. ¿Era en verdad un olor?¿Sería tal vez un sabor mutado en olor? ¡Qué descuido el suyo! Decididamente era una grandiosa sensación que una mujer le había legado.¿Qué otro mortal pudo ser? ¡Sabor y olor! Entonces, evocó a una chica que era un manjar sideral. La fuente de ese perfume era una dama que accedió a su vida por los orificios sensoriales, se incorporó a él por todos los resquicios de un cuerpo bienmandado y gobernable. Recordó que la totalidad de sus poros le otorgaron la oportunidad de esclavizarlo. ¡Hizo todo por respirarla, y por paladearla! Ella le concedió un dejo profundamente desbordado, y cómo era tan suntuoso, renació con espontaneidad y con una abundante voluntad. ¿Cómo pudo olvidarla por tan prolongado tiempo? No se trataba de una mujer divinizada en la lejanía y ridiculizada en la cercanía, ella en la lejanía causaba un acceso de culpa por no halagarla. En su cercanía sólo se podía sentir vergüenza. Una vergüenza malsana inducida por el sentimiento de desventaja más amplio jamás existido. De manera fulminante, inició a descifrar el gusto que estaba percibiendo. Era un gusto adherido a una zona individualizada. Era el sabor del legítimo triángulo equilátero, de la mayor perfección delimitada. Era el regalo delicioso de su flor, del capullo de brotes magníficos, y la esencia mejor envuelta y acendrada. Madre de la semilla del placer. El universo de la gloria y el orgasmo, enriquecido por deseos filosóficos y también por el anhelo de pureza carnal y artística. Un sabor que adiciona lo que aún no se ha conocido y que lleva el deleite a su apogeo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

MOLESKINE IV

- Qué común es estar a favor o en contra de una filosofía aparecida en un momento de irracionalidad y pasión.

- Son igual de vitales los besos de labios y suave respiración, que los de lengua y montaraz excitación.

- El valor de la bebida está en la delicadeza y en la liturgia con la que se sirve, pero sobre todo, está en la afectación que provoca su despedida de la botella y en la cortesía con la que saluda al entrar en nuestro cuerpo.