martes, 9 de marzo de 2010

EL ÚLTIMO RONQUIDO

El último ronquido.

Ayer ese ronquido dejó de ser incomprensible.

Ayer fue más limpio y ensordecedor que nunca.

Ese ronquido me ordenó valorarlo más.

Ayer su mensaje era inconfundible.

Ese ronquido fue mi codiciado encargo.

El encargo de mi fiel presencia.

El encargo de nuestra honrada pertenencia.

Ayer tu ronquido fue el perfecto aliento del deseo.

Ayer tu ronquido clamó porque mi corazón te siguiese pulsando la piel.

Ayer el último ronquido no quiso serlo.

Ayer el último ronquido fue el primero.

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