jueves, 19 de agosto de 2010

UNA DUCHA MUY CALIENTE



Acomodado sobre la cama, con un cigarrillo en la boca y escuchando Ghost Pressure, que agitaba el ambiente como lo hace el aleteo imperceptible de un colibrí en su universo floral, tenía mi mirada fija en ningún punto...y así seguí, sin que nada revolucionase mi energía vital, hasta que por fin entreabriste la puerta del baño y envuelta en un vaho que nunca se esparció por la habitación, sino que envolvió y definió tu figura idílica, me sonreíste...entonces la supuesta quietud de la habitación y mi inmodificable ánimo, se reinventaron al entender la magnitud de mi conquista, y yo - un objeto sin vida hasta ese momento- empecé a ver cada detalle anteriormente impalpable como el más grande motivo para amarte.

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