- Blasfemar con furor es conveniente para tener un corazón saludable. La blasfemia nos ayudará a despertarlo y él nos impulsará a sorber una sangre espoleada por esa rabia insuperable. Un corazón que escuche la mayor injuria que la palabra puede componer, se sentirá alarmado y el bullicio hará que bombeé una sangre más ubérrima.
- Admiro a los labriegos cuando trabajan la saludable tierra, los adoro cuando se embuchan los acopios lustrosos de su empeño, y los amo cuando se comportan como destripaterrones al beber de sus ejercitados botijos.
- Yo soy más espiritual que borracho, pero la espiritualidad la suelo alcanzar bebiendo.
- El roce no hace el cariño, pero el roce puede ser incorpóreo y entonces el cariño será mágico.
- El anonimato puede hacer más por la persona que cualquier nombre. El anonimato completa los vacíos y refina los vicios. El anonimato obra en pro del ser humano, es el socorro de nuestras almas.
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